A lo largo del tiempo los docentes han ido ajustando la manera de enseñar y su metodología basándose en el constructivismo. Todavía queda mucho camino por recorrer, pero poco a poco se van cambiado las evaluaciones de poner tan solo un número como nota, a realmente evaluar lo que van aprendiendo los niños cada día.
Los maestros de ahora trabajan con una evaluación continua, y esto hace que los niños tengan más oportunidades a la hora de aprender. Hace poco en la asignatura de observación pude ver una evaluación de no hace mucho tiempo que no me gustó nada, en ésta se podían leer los nombres de los niños de la clase. Se estaba evaluando la lecto-escritura, y lo único que se veía es la fecha de comienzo de curso y al lado de cada nombre lo que sabía sobre este tema cada niño mediante unos ítems. Y para finalizar volvían a repetir lo mismo, pero con fecha de final de curso.
Esta manera de evaluar no le deja saber realmente al maestro si el alumno está aprendiendo y asimilando este proceso, por este motivo es muy importante que se haga una evaluación continua, de este modo el docente podrá conocer, observar y valorar mejor las necesidades educativas, y en consecuencia, proporcionar las ayudas adecuadas propias de una enseñaza de calidad.
Algunas bases para la enseñanza son la autorregulación y la motivación. Es importante que los alumnos estén motivados en todos los aspectos, esto quiere decir que a la hora de hacer alguna actividad, ésta sea motivadora tanto en el desarrollo como en el material.
Leyendo el artículo de “aprender a regular el propio aprendizaje”, me he dado cuenta de lo importante que es ayudar a los niños a sentirse bien y a pedir ayuda cuando lo necesitan sin ningún temor.
Hace tan sólo unos días mi sobrina de 11 años, trajo un suspenso en la parte de problemas de un examen de matemáticas, mi hermana le preguntó que es lo que había pasado y Sofía (que así se llama mi sobrina) le dijo que no entendía cómo hacerlo. En ese momento su madre le dijo que porqué no se lo decía a la maestra para que se lo explicara y la niña le dijo que ya lo había hecho y que entonces si que lo sabía hacer, pero que cuando llegaba al examen se le había olvidado. Después de leer los artículos que tenemos, he llegado a una conclusión, y es que les seguimos teniendo “miedo” a los maestros, se les sigue viendo como alguien autoritario y no como a alguien cercano. Cuando yo era pequeña, podías preguntar dudas una vez, pero como no lo entendieras rápido ya te lo explicaban con mala gana y otro tono de voz, entonces en mi caso, ya le cogías como miedo a seguir preguntando y preferías quedarte sin saber hacer algo que volver a la mesa del maestro para que resolviera la duda.
A día de hoy creo que hay algunos maestros que siguen con esta metodología de ser una persona autoritaria sin dar mucha ayuda a que los niños pregunten y puedan resolver sus dudas.
Hemos leído mucho acerca de Piaget, y tiene una teoría muy importante donde dice que los niños deben pasar por etapas y hay que respetarlas. Aún así los padres están empeñados en que sus hijos sean los más “listos” de la clase. Como muy bien dice la teoría antes mencionada, cada niño pasará por prácticamente las mismas etapas, cada uno a su ritmo, esto quiere decir que unos gatearan y otros directamente de estar sentados pasarán a caminar, y que unos caminaran a los 10 meses y otros a los 16 etc.
Pero lo que no se puede pretender es tener a un niño todo un verano enseñándole a leer o a sumar, para que así cuando vaya a la escuela sepa más que ninguno. Los niños aprenderán a hacer todas estas cosas, pero cada una a su tiempo, para que un pequeño llegue a este proceso es necesario que antes se haya desarrollado cognitivamente lo suficiente para poder entender esos procesos, porque de lo contrario podemos crearles frustraciones y una tensión innecesaria de tener que llegar a unos conocimientos que no le corresponden a su edad.
Lo mismo sucede en las escuelas infantiles, cuando una educadora se pasa el día con un bebé poniéndolo de pie y cogido de los brazos para así decirle a los padres mira como camina tú hijo, lo bien que le hemos enseñado, lo único que podemos causarle es problemas en su espalda y extremidades.
“La autonomía es así a la vez emocional, social, moral e intelectual. El que un individuo utilice o no su inteligencia depende en gran medida de lo afectivo que él se siente al descubrir las cosas”
En cuanto he leído esta frase se me han venido muchas cosas a la cabeza, la de veces que he escuchado; le doy de comer yo porque sino se pone todo perdido, le visto para ir más rápido, le lavo los dientes que mi hijo lo hace mal etc. o la costumbre que tenemos de ver que si un niño está jugando con algo, un ejemplo poner distintas figuras en su correspondiente hueco, y no acierta, coger la figura y ponerla nosotros.
Todas estas cosas hace que los niños no desarrollen su autonomía, para nosotros algo tan sencillo como subirnos los pantalones, para ellos es un mundo, necesitan saber utilizar su motricidad para poder hacerlo, y haberse desarrollado cognitivamente para saber que debemos estirar de delante, luego de atrás etc.
Dejar que hagan todas estas cosas por ellos mismos, les está ayudando muchísimo en todos los aspectos, les hace más capaces para todo, pero si no les ayudamos en esta autonomía, les podemos llegar a hacer personas dependientes del adulto en todo momento y que crean que no son capaces de hacerlo creándoles una desmotivación por hacer las cosas por sí mismos.
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